Ignacio Ponseti Vives
BIOGRAFIA
Ignacio Ponseti Vives nace en Ciudadela de Menorca el 3 de junio de 1914 y fallece en Iowa City (USA) el 18 de octubre de 2009, a los 95 años de edad, una semana después de haber sufrido una hemorragia cerebral; el doctor había estado en activo hasta entonces.
Realiza los estudios primarios en su Menorca natal, pero a los nueve años su familia, por la profesión de su padre como relojero, se traslada a Felanitx, con lo que los estudios secundarios los inicia en Mallorca. Cuando los hijos se acercan a la edad para ingresar en la Universidad la familia se traslada a Barcelona. Allí, Ignacio, además de estudiar Bachillerato ayuda a su padre en tareas de su taller de relojería, lo que le sirve para adquirir habilidad en el manejo delicado de pequeñas piezas, según cuenta años después de obtener el Diploma de Bachiller Universitario en 1930 (La Vanguardia, 27 de noviembre de 1930). Su hermano estudia Arquitectura e Ignacio accede a la facultad de Medicina en 1931, y recuerda entre sus profesores y maestros a Corachán, a Tueta y a los hermanos Trías.
Precisamente en el ejemplar de La Vanguardia del 6 de octubre de 1932, se anuncian los becados del Ayuntamiento de Barcelona para distintos tipos de estudios, y el joven estudiante Ignacio Ponseti recibe beca para sus estudios de Medicina. Destaca por sus notas académicas con diplomas de Matrículas de Honor (La Vanguardia, 25 de septiembre 1935). Ya en su etapa de estudiante, publica para la Sociedad Naturista (1933), en la asociación de Idealistas Prácticos (1935) y en el Ateneo Enciclopédico Popular (1934) en temas de fisiología, epidemiología y medicina.
La Guerra Civil le sorprende en 1936 con sus estudios ya finalizados, y forma equipo de asistencia hospitalaria en Cirugía y Traumatología de guerra con Manuel Bastos Ansart y con Jimeno Vidal. Durante la guerra es promocionado a teniente médico y después a capitán, y sirve en diversos centros de Ortopedia y Traumatología, y en el orfanato Ribas, donde coincide con el también médico cirujano mallorquín Gonzalo Aguiló y con el neurocirujano Adolfo Ley. Después de la batalla del Ebro en 1938, forma parte del equipo de hospitales de campaña, y en los días de frente tranquilo, recordaba como anécdota, que aprendió de los ingenieros donde colocar cargas para demoler puentes, y lo relató después como que “no sé cómo construir puentes, pero como volarlos lo aprendí muy bien”. Casi al final de la guerra, de Cataluña pasa a Francia, donde se distingue por su iniciativa de trasladar y evacuar a través de los Pirineos con esfuerzo personal ante la falta de medios y descomposición de la organización. Consigue medios primitivos, organiza pequeños grupos y logra evacuar a los enfermos y heridos imposibilitados que están a su cargo en el Hospital de campaña.
Después de unos meses en Francia logra un pasaje a México, donde se coloca y gana su sustento como Médico General en una población a pocos kilómetros de México capital; a la que acude también un día a la semana a realizar un servicio hospitalario. Logra disponer de la cantidad de mil dólares que se les exige poseer a quienes quieren emigrar a los Estados Unidos a comienzos de 1941, y pasa a trabajar en un servicio de Traumatología, en California; a la vez, durante los fines de semana, da conferencias en diversas escuelas Médicas y Academias Militares sobre su experiencia en Cirugía de Guerra y la organización de Hospitales, evacuaciones y tipo de lesiones y de tratamientos. Europa se encuentra en plena guerra y se respira la muy probable entrada de los USA; uno de nuestros colegas, que estaba entonces haciendo anestesia allí, lo recuerda.
Se traslada a Iowa donde se polariza ya exclusivamente en las materias de Ortopedia y Traumatología en el servicio de Arthur Steindler, y se hace cargo de las unidades de cirugía de la mano, dada la intensa siniestralidad por la agricultura muy mecanizada en aquel Estado, y de la columna. Además, empieza a investigar en la osteogénesis, y abarca con el tiempo hasta la genética de las fibras de elastina, reticulina y colágeno en su laboratorio experimental, combina la alimentación carencial de algunos principios en vertebrados para obtener desarrollo anómalo de las fibras que constituyen los hacen de los ligamentos articulares. Allí alcanzó el grado máximo de Profesor Titular en la Escuela de Medicina y jefe de servicio y de investigación en la universidad, y acoge con devoción a cuantos españoles quieren acudir para hacer su residencia, alguno de ellos se queda a vivir y ejercer allí.
Esto le lleva a abordar un tratamiento principalmente “conservador” aunque muy precoz en los niños nacidos afectos de pie zambo, desarrolla su técnica de corrección progresiva con yeso moldeados y cambiados cada dos semanas, y consigue resultados definitivos y espectaculares en comparación con los que obtenían hasta entonces. Sus brillantes artículos, no obstante, quedan en el mundo de los profesionales, y en parte aparecen en segundo plano por la gran difusión, espectacular y explosiva de lo que, en contra de la opinión de muchos de sus colegas, lleva haciendo e implementando desde hace años, que es el tratamiento del pie “bot”, con el método que se conoce como Método Ponsetí.
Este nuevo tratamiento le lleva a la fama, aunque como él recordaba, no lo difunden ni los colegas ni las revistas profesionales donde publica sus resultados, sino la aparición de Internet, a través de la cual los padres de niños afectados difunden y conocen las virtudes del procedimiento, aparecen así los “Clubs Ponseti” en muchas naciones del mundo cubierto por la red. Acuden a Iowa tanto enfermos con sus familias, como médicos para aprender y entrenar sus técnicas y hacer luego el seguimiento de los niños tratados cada uno en su país.
Y así llegan los reconocimientos y las distinciones, que, por la universalidad de los resultados, le han sido reconocidos en todo el mundo. En su Ciudadela natal se le hace un reconocimiento en 1985, el mismo año durante el que, bajo la presidencia de Félix Pons Delgado, es nombrado Colegiado de Honor del COMIB, e imparte dos conferencias en nuestra sede: una científica para profesionales y otra divulgativa para público general. Al respecto hay que recordar que con su esposa Helena Percas, valenciana de origen y profesora de Literatura en High School en Iowa especialista en Cervantes viaja cada enero hasta Mallorca en la época de jubilación de las tareas directivas del Servicio Universitario de Traumatología y Ortopedia, para poder disfrutar de excursiones y vida al aire libre cuando en su casa había un metro de nieve, para ello se había comprado un apartamento en el Puerto de Pollensa.
Pero durante estas tres o cuatro semanas, entre excursión y excursión por montaña, trabaja intensamente en la revisión de originales como miembro del equipo de editores (Board): de prestigiosas revistas de la especialidad, y en la revisión y supervisión de trabajos científicos y de tesis doctorales, de forma diaria y con la minuciosidad que caracteriza su dedicación profesional. En su currículum, y sin realizar una búsqueda exhaustiva encontramos desde 118 artículos, distinciones de Honor de las Sociedades científicas de su especialidad en los USA o doctorados honoríficos como el de la Universidad de Barcelona de 1984.
MTV
[Menorca, 1914 – Iowa, 2009]
Fue un médico español, especializado en ortopedia. Abandonó España durante la Guerra Civil y se convirtió en miembro del cuerpo docente y médico practicante en la Universidad de Iowa. Fue reconocido globalmente por ser el creador del método epónimo para el tratamiento del pie zambo o pie bot.